domingo, 10 de noviembre de 2013


La real historia de los tres cerditos

Seguro que todos, conocen el cuento de los tres cerditos. O al menos creen que lo conocen. Pero les voy a contar un secreto. Nadie conoce la verdadera  historia porque nadie ha escuchado mi versión del cuento.
Yo soy el lobo Silvestre B. Lobo. Pueden llamarme Sil. No sé cómo empezó todo este asunto del lobo feroz pero es todo un invento.
A lo mejor, el problema es lo que comemos. Y bueno, no es mi culpa que los lobos coman animalitos tiernos, tales como conejitos, ovejas y cerdos. Así es como somos. Si las hamburguesas con queso fueran tiernas, la gente pensaría que ustedes son feroces también. Pero como les decía todo este asunto del lobo feroz es un invento. La verdadera historia es la de un estornudo y una tarea de la competencia TIC.
Hace mucho, en el tiempo de "Había  una vez", yo estaba preparando mi tarea para la competencia de TIC, y resulta que iba utilizar la plataforma Yuotube y Facebook como apoyo para hacerla, yo estudio en un centro educativo que las bloqueado. Entonces me quede sin como ingresar.
Tenía un resfriado terrible.
De manera que caminé hasta la casa de mi vecino para pedirle me prestar su pc. Pues bien resulta que este vecino era un cerdito. Y además, no era demasiado listo, que digamos. Había construido su casa toda de paja. ¿Se imaginan? ¿Quién con dos dedos de frente construiría una casa de paja?
Desde luego, tan pronto como toqué a la puerta, se derrumbó. Yo no quería meterme en la casa de alguien así como así. Por eso llamé:
- Cerdito, cerdito, ¿estás en casa?
Nadie respondió. Estaba a punto de regresar a mi casa sin hacer la tarea para la clase de TIC
Entonces me empezó a picar la nariz.
Sentí que iba a estornudar.
Soplé.
Y resoplé.
Y lancé un tremendo estornudo
¿Y saben lo que pasó? La dichosa casa de paja se vino abajo. Y allí, en medio del montón de paja, estaba el primer cerdito, bien muertecito.
Había estado en la casa todo el tiempo.
Me pareció una lástima dejar una buena cena de jamón tirada sobre la paja. Por eso me lo comí.
Piensen lo que harían ustedes si encontraran una hamburguesa con queso.
Me sentí un poco mejor. Pero todavía me faltaba hacer mi tarea.
De manera que me dirigí a la casa de mi siguiente vecino.
Este vecino era el hermano del primer cerdito.
Era un poco más inteligente, pero no mucho.
Había construido su casa con palos de madera.
Toqué el timbre en la casa de madera.
Nadie contestó.
Llamé: - Señor Cerdo, señor Cerdo, ¿está usted ahí?
Me contestó a los gritos: - Vete lobo. No puedes entrar. Me estoy afeitando el hocico.
Apenas había puesto mi mano en el picaporte de la puerta cuando sentí que venía otro estornudo.
Soplé. Y resoplé. Y traté de taparme la boca, pero lancé un tremendo estornudo.
Y no lo van a creer, pero la casa de este individuo también se vino abajo como la de su hermano.
Cuando el polvo se disipó, allí estaba el segundo cerdito – bien muertecito. Palabra de lobo.

No necesito recordarles que la comida se echa a perder si se la deja al aire libre
Por eso hice lo único que podía hacerse, Cené otra vez.
¿Acaso ustedes no se hubieran comido una hamburguesa con queso?
Me empecé a sentir horriblemente lleno.
Pero estaba mejor del resfriado.
Y todavía no había conseguido hacer esa tarea para la clase de las TIC
De manera que me dirigí a la siguiente casa
Resultó ser el hermano del primer y del segundo cerdito.
Debe haber sido el genio de la familia.
Había construido su casa con ladrillos.

Toqué en la casa de ladrillos. Nadie contestó.
Llamé: - Señor Cerdo, señor Cerdo, ¿está usted ahí?
¿Y saben lo que me contestó ese puerquito grosero?
- ¡Fuera de aquí, Lobo! ¡No molestes más!
¡Vaya falta de modales! Probablemente tenía un computador con aseso a internet Facebook, Youtube. Y ni siquiera quería prestármelos para hacer mi tareita. ¡Qué cerdo! Estaba a punto de regresar a casa y quizás hacer una tarjeta hecha mano para la tarea, cuando sentí nuevamente mi resfriado. Soplé. Y resoplé. Y estornudé una vez más. Entonces el tercer cerdito gritó: - ¡Y que tú querida abuelita se siente en un alfiler!
Normalmente soy un tipo muy tranquilo. Pero cuando alguien habla así de mi querida abuelita, pierdo un poquito la cabeza. Por supuesto, cuando llegó la policía, yo estaba tratando de tumbar la puerta del cerdito. Y en todo el tiempo seguí soplando y resoplando, estornudando, armando un verdadero escándalo.   
El resto, como dicen, es historia.
Los periodistas se enteraron de los dos cerditos que había cenado. Pensaron que la historia de un pobre enfermo que iba a pedir pc prestado no era muy interesante. De manera que se les ocurrió todo eso de "soplidos y resoplidos y te tumbo tu casa". Y me convirtieron en el Lobo Feroz.

Y eso es todo. La verdadera historia.

Me hicieron trampa.
Fuente: Autor del Cuento: Por S. Lobo

Reflexión: Señores y señoras que administras las tecnología de la comunicación y la información en los centros educativos no bloqueemos las tecnologías, busquemos estrategias para convertirlas en herramientas para la formación.

 

 


miércoles, 6 de noviembre de 2013






Las herramientas tecnologías que oferta las TIC, deben ser utilizada a favor de la formación integral de los estudiantes, es así como las redes  sociales tales como Facebook o Youtube, que se han convertido en el centro de atención de los aprendices se utilice con fines pedagógico es decir para el aprendizaje de los diferentes conceptos propios de los programas.